¿Qué es una fraternidad?
Una fraternidad es un pequeño grupo de personas que tienen el deseo de desarrollar relaciones fraternas, llevadas por la oración común y animadas por el mismo espíritu misionero.
¿Por qué unirse a esta fraternidad?
La Fraternidad del Jardín de María no es un simple grupo de oración. Apegados a la transmisión de un patrimonio cultural y espiritual, enamorados de la tierra catalana, los miembros de la Fraternidad se ponen en la escuela de la Virgen María rezando cada día una decena del rosario: una oración sencilla que ha dado frutos durante siglos y sigue dándolos.
¿Qué ofrece la Fraternidad del Jardín de María?
Una comunión en la oración: los miembros de la Fraternidad se comprometen a rezar por las intenciones que se les confían rezando cada día una decena del rosario. Cada mes, se celebra una misa en el corazón del Jardín de María por los miembros de la Fraternidad y por sus intenciones.
Una vida fraternal: cada fraternidad local, centrada en un pueblo, se propone reunirse cuatro veces al año para un tiempo de convivencia, además de las jornadas de recogimiento abiertas a todos los miembros de la Fraternidad, y los grandes acontecimientos del Jardín de María.
Formación permanente: los miembros de la Fraternidad se comprometen a profundizar en su fe y a participar, en la medida de lo posible, en alguno de los recogimientos que se les proponen. Un boletín periódico les mantiene informados de las novedades del Jardín de María y les asegura una enseñanza complementaria para convertirse en auténticos discípulos de Cristo.
Un servicio: los miembros de la Fraternidad se comprometen a prestar una atención especial a todos los que pasan por allí y se ponen a disposición para responder a las peticiones de voluntarios para servir al Jardín de María. Cada año, se comprometen a ofrecer 104 euros, el equivalente a 2 euros por semana, un pequeño sacrificio para responder a las necesidades del Jardín de María.
Preocupación por la evangelización: los miembros de la Fraternidad se comprometen a acoger a veraneantes y peregrinos, a dar a conocer el Jardín de María, a testimoniar la esperanza que habita en ellos y el amor a la Iglesia que quieren hacer crecer.